Compartir una rosca en el hogar, con allegados o charlando entre
compañeros de trabajo en una cafetería es la costumbre tradicional del
guayaquileño en el Día de Reyes, que se recuerda cada 6 de enero.
Aunque tiempo atrás se lo hacía en casa, la costumbre de compartir el
bocado dulce se ha expandido hace una década fuera de él, con la venta
masiva en panaderías, hoteles y restaurantes, según Luis Valdez,
director de la escuela de Cook and Chefs.
Y con ello el producto, elaborado con masa suave en forma de roscón
relleno de crema pastelera, varía de acuerdo a las exigencias del
mercado, añade el chef.
“Realmente, la venta de hoteles, restaurantes y panaderías demuestra
la afición por esta tradición que nace en España”, comenta el chef,
quien agrega que hoy la degustación de la rosca –decorada con una
variedad de frutas– se observa más en grandes ciudades.
Elisa León, propietaria de la panadería La Spiga, con locales en
Plaza Ceibos y Entre Ríos, coincide con Valdez y cuenta que el dulce es
un producto que une a las familias. Ella introduce en las roscas grandes
un niño o anillo como símbolo del Niño Jesús. “El que lo encuentra es
afortunado. Al que le sale quiere decir que es una persona de suerte ”,
dice León, quien hace eso siguiendo la tradición española.
Ella espera comercializar unas mil roscas, incluyendo pedidos de 30
empresas que buscan el bocado en tamaño pequeño, mediano y grande. El
costo, dependiendo del tamaño, oscila entre $ 5,50 y $ 12. Están
rellenas de crema pastelera, chocolate, manjar, guayaba o piña. Y llevan
almendras, nueces, cerezas e higos.
Fuente:http://www.eluniverso.com/noticias/2017/01/06/nota/5981578/rosca-reyes-forma-compartir-guayaquileno
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